Desc: Niños perdidos: Dirigida por Norbert Kückelmann. Con Marcus Michalski, Robert Giggenbach, Tobias Riefer, Dennis Grabosch. El profesor Steiner, que acaba de ser trasladado a un instituto de una pequeña ciudad del norte de Alemania, se da cuenta de que la comunidad está literalmente aterrorizada por un grupo de jóvenes, entre ellos uno de sus alumnos: en las fiestas de cumpleaños de familias establecidas, en las graduaciones En fiestas y eventos comunitarios, aparecen sin ser invitados y tratan de ser agresivos. Comportamiento para provocar peleas. El miedo a la violencia paraliza a todos; Incluso la policía está indecisa. El grupo pronto se siente dueño de la ciudad. Los tres chicos Andreas, Martin y Werner son miembros del grupo. Andreas, muy sensible e inteligente, es un extraño en la escuela y sufre la excesiva protección de su madre, que intenta vincularlo a ella. El cerrajero Martín se siente subestimado y sueña con dejar la ciudad y encontrar reconocimiento y felicidad en el extranjero. Werner sufre por culpa de su dominante padre, que quiere convertirlo en el sucesor de su empresa, pero Werner tiene otros planes profesionales pero no puede imponerse a su padre. Los tres encuentran apoyo y una especie de seguridad en el grupo de jóvenes radicales. Mientras Andreas y Werner se dan cuenta con el tiempo de que la disposición del grupo a utilizar la violencia está alcanzando niveles alarmantes, Martin se pierde en su entusiasmo por ello. A Steiner le resulta incomprensible la pasividad de los adultos y de la administración municipal hacia los jóvenes. Por eso intenta traer de vuelta a los forasteros violentos. Cuando un reportero de televisión señala las condiciones de la ciudad, la policía entra en acción. El grupo de jóvenes será llevado ante la justicia. En los dramáticos interrogatorios aparecen como hijastros de una socialización que sólo funciona a través del éxito profesional. Dada su desventaja social, se unen y quieren llamar la atención. Su disfraz ideológico es la extrema derecha: provocar, desafiar, golpear. Al final del proceso, penas de prisión, normalmente en libertad condicional, pero impotencia por parte del fiscal, abogado, perito y juez: sólo has cumplido la ley. Los adultos no quieren aceptar castigos indulgentes. El maestro es visto como el verdadero culpable porque ayudó a hacer públicas las condiciones..